DAVID MAGGIONI

La nota cristalina

25/06 al 01/08

¿La viste ondular, todavía de gasa,
desde tus pies al cielo, sobre el río?
J.L.O.

Rebanadas de luz atraviesan miles de cristales rotos, diminutos rastros accidentales de la fragilidad de todas las cosas. Reflejos apenas estrellados que se desparraman como olas por el piso y las paredes hasta desaparecer en el cielo raso. El movimiento de una luz demasiado intensa diluye las imágenes del río, evaporadas no se pueden de atrapar. La pista es inútil. Basta con bajar algunos escalones para saber que no es una historia, que el relato no es posible. Puede ser, en cambio, un mapa de lo que quedó cuando la niebla se disipó, una dirección en la que caminar o simplemente un espacio que hay que ocupar.

Puede ser un ensayo sobre las formas de la luz y sus enrevesados lazos con la construcción de un paisaje hecho de ausencias y vacíos, acaso de palabras y silencios. Un espacio que se amplifica, se escapa, se escurre: que se a rma en el despojo. Es un resplandor que enceguece, un destello luminoso, una secuencia de luciérnagas, una galaxia en miniatura. Es un sótano apenas iluminado, son papeles incrustados, perforados, gofrados, descartados, simulados.

Puede ser un sistema de encuentros azarosos, de roces ligeros entre módulos que se repiten ínfimos e infinitos. Una construcción fantasmal de uniones invisibles, traslúcida e imperturbable. Es manufactura que refracta tradiciones tan antiguas que empiezan a desaparecer en un horizonte lejano, otras tan cerca de nuestras narices que casi no las podemos ver. Es la rigurosidad del trabajo que ofrece a cambio tranquilidad, la tranquilidad de una siesta de otoño junto al Paraná.

Sofía Dourrón.

Obras